domingo, 5 de mayo de 2013

Sanando la relación con la madre

Celebramos el Día de la madre. Ella representa el inicio de la vida. Simboliza la generosidad, la protección, la nutrición, los cuidados... Sinembargo, hay muchas personas que tienen una relación difícil con sus madres. Las madres son humanas y tienen sus historias personales, sus heridas emocionales, sus patrones de relación. A veces, aún sin intención, la crianza deja memorias dolorosas que, si no nos ocupamos de sanarlas, pueden convertirse en obstáculos de distintos tipos: baja autoestima, dificultades en nuestras relaciones, bloqueos en nuestra economía, problemas de salud, etc. Para sanar la relación con nosotros mismos y disfrutar de una vida más óptima se hace necesario resolver, en nuestro interior, el conflicto que podamos tener con nuestra madre. Dejar de culparla por lo que nos dio o no nos dio, por cómo nos miró o no nos miró, por su excesiva presencia o por su ausencia. Para seguir a delante como seres completos, necesitamos soltar el "libro de reclamaciones" y comenzar a darnos lo que nos hubiese gustado recibir, comenzar a mirarnos como necesitábamos ser mirados, comenzar a decirnos lo que nos hubiese gustado oír, comenzar a hacer por nosotros lo que nos hubiese gustado que hicieran.
Tomamos el 100% de la responsabilidad de nuestra vida, sabiendo que hemos elegido a la madre más adecuada para nuestro propósito evolutivo. Sabiendo que somos inocentes, que no hay culpa por ser quienes somos y por querer hacer nuestra vida siguiendo nuestro propio criterio, aunque nuestra madre pueda no estar de acuerdo.
Cualquier memoria dolorosa con la madre puede ser borrada de nuestra mente subconsciente y de nuestro campo energético a través del perdón. Es importante darnos cuenta que es un proceso interno y que lo hacemos como un regalo que nos otorgamos a nosotros mismos. Nos desprendemos del dolor porque no tiene sentido seguirlo cargando, haya ocurrido lo que haya ocurrido. Dejamos de hacernos daño a nosotros mismos recordando los viejos agravios, que hacen que prolonguemos innecesariamente el sufrimiento. Ni siquiera necesitamos hablar con nuestra madre para resolver el conflicto. A veces hablar sólo empeora las cosas. Desde nuestro interior, diariamente, podemos permitir que afloren las vijas memorias de dolor para ser borradas.
Cada uno necesita encontrar su propia manera. Yo os comparto aquí un audio de Viví Cervera que me parece muy sencillo y poderoso.
http://www.youtube.com/watch?v=UUYpT1BMtk0  PINCHA AQUÍ SI NO PUEDES VER EL VIDEO